Título original: L'angle mort (Blind Spot)
Año: 2019
Género: Fantástico. Drama
Duración: 104 min.
País: Francia
Dirección: Patrick-Mario Bernard, Pierre Trividic
Guion: Patrick-Mario Bernard, Pierre Trividic
Música: Patrick-Mario Bernard
Fotografía: Jonathan Ricquebourg
Reparto: Jean-Christophe Folly, Isabelle Carré, Golshifteh Farahani, Sami Ameziane, Claudia Tagbo
Productora: Ex Nihilo
Sinopsis:
Dominick tiene un don desde que era muy pequeño: es capaz de hacerse invisible siempre que él lo desee. Un día su propio poder se escapa de su control, con terribles consecuencias. Durante el proceso, Dominick conoce a otro chico que casualmente comparte su misma habilidad y al que parece aterrorizarle la idea de poder perderlo.
MI CRÍTICA:
Esta tercera película con guion
y dirección de Pierre Trividic y Patrick-Mario Bernard es una de esas buenas propuestas
inesperadas que, casi siempre. nos regala el cine francés. Con muy pocos
recursos y mucha originalidad, nos trae una nueva visión del mito del hombre
invisible a través de su protagonista, Dominick, un empleado de una tienda de
guitarras que tiene este don desde pequeño. Un poder de invisibilidad que
muchos apreciarían, pero que él usa muy poco, excepto para espiar a otros. Con
la edad, lo hace cada vez menos, ya que, ¿de qué le sirve ser invisible si su
presencia ya está pasando desapercibida para todos?
La película va dejando poco a poco lo fantástico para
entrar en lo real. Ocurren eventos extraños, una ola de suicidios en el metro,
precedida por reacciones inexplicables, mientras se les quita todo efecto. Lo
anormal se vuelve palpable en el contexto de la vida cotidiana. La
transformación del personaje se produce a imagen de esa misma sobriedad: para
ser invisible, debe desvestirse y respirar muy fuerte, soplando una y otra vez
y cada vez más rápido, para que su reflejo ya no aparezca en el espejo. Nos
hace imaginar que acelerar el ritmo de vida es la forma de desaparecer ante los
ojos de los demás.
La película cuenta con estilo y sensualidad lo que
puede llegar a ser el punto ciego en las relaciones humanas, como el mismo
título nos indica. En un principio el
don de Dominick puede ser una cuestión de poder, sin embargo, es más una
desventaja. Hacerse invisible es volver a uno mismo desde una profundidad
existencial y correr el riesgo de desprenderse de la realidad. El tema de la
invisibilidad permite así a los directores jugar, tranquilamente, con la idea
de mirar tanto de forma metafórica como muy concretamente. Trae al héroe, un
vendedor nacido en África que vive en los suburbios, de regreso a su lugar en
la sociedad, donde es solo un hombre entre muchos. También se revela en la
relación poco entusiasta que tiene con Viveka (Isabelle Carré), y gana en
pureza cuando conoce a una joven ciega (Golshifteh Farahani). que altera el
orden de lo visible. La frase "Te veo" repetida a menudo, se
convierte en el símbolo de una promesa muy romántica. Los actores cumplen perfectamente
con su cometido con muy buenas actuaciones.
Película que seguramente pasará sin pena ni gloria si llega a estrenarse en España, pero que recomiendo encarecidamente a todos los que les guste las películas que cuentan buenas historias y de forma diferente.
J.Cano
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